Te digo amigo aunque en realidad no crucé más de 20 palabras contigo, ya sabrás que uno siempre se ditrae en cosas fútiles, y aunque nuestros hijos llevaban tiempo juntos yo no recuerdo haberte visto antes de esa carrera atlética del 20 de noviembre del 2005, verte jugar voly junto a mi marido era alucinante, me caíste bien porque reías mucho, se te veía contento, te veías una persona feliz y amable y eso siempre se agradece, y a pesar de que mi marido perdía todas las pelotas que caían en sus manos, nunca lo mal miraste estabas divertido solo de jugar en ese equipo mal armado de padres de familia, luego quizás nos topamos en una que otra fiesta, te distinguías por tu altura y esa sonrisa que recordaré siempre, saber que tenías cáncer fue muy triste y lo fué más porque yo pasaba por un momento similar, verte de nuevo pálido con tu paliacate en la cabeza pero con esa fé que siempre tuviste nos alegró mucho, verte caminando por el parque tratando de fortalecerte nos dió esperanzas, hoy perdiste esa lucha contra el cáncer, dejas a tres maravillosos niños a Marcela que lucho a tu lado, a tus padres, hermanos, amigos, nos dejas pensando que la vida pasa demasiado rápido, tan rápido que a veces no reparamos en las personas que nos rodean como debemos, nos dejas tu ejemplo de lucha y de fortaleza, tu amor de padre, de hijo, de amigo, nos dejas lecciones que aprender, te digo amigo porque ambos somos padres, porque ambos hacemos lo necesario por nuestros hijos, porque luchamos y creemos, porque solo te nos adelantas en este viaje de la vida, porque ahora tus hijos serán un poco de todos, y cuando los veamos a ellos te veremos a tí reflejado en ellos....
Porque como siempre tu partida nos recuerda lo frágil de la vida, y nos hace voltear a las cosas sencillas que siempre terminamos olvidando...
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